domingo, 29 de junio de 2014

El Nivel Superior

          En la pantalla de la PC de Fernandez apareció un mensaje: “Dirigirse a la oficina del Gerente, reunión urgente”. Era algo extraño, nunca había tenido la ocasión de subir hasta el último piso en toda su carrera de administrativo. Llevaba 25 años trabajando en la empresa y era la primera vez que iba a tener contacto con un superior del Nivel1, al que él también pertenecía. Se puso su credencial a la vista y subió los 45 pisos sabiendo que si lo llamaban era por algo especial, bueno o malo, pero especial. Lo peor que le podía pasar era perder su puesto. Era un trabajo cómodo, no se requería esfuerzo físico y tenía toda la tecnología existente en el Siglo XXIII a su disposición; lectores de estados de ánimo para tomar personal, sistemas informáticos que tomaban los datos de la producción y sacaban solos los cálculos de las ganancias producidas por cada empleado y podían hacer un promedio de horas hombre necesarias para sacar un producto a la calle. Él solo tenía que oprimir un botón y los sistemas se encargaban de todo mientras que los de Nivel 5 hacían todo el trabajo forzoso.
          Entró a la oficina y había un compañero de Nivel 1 en uno de los sillones con aire preocupado, le miró el cartel en la solapa del saco: “Peralta, Contaduría”. El gerente caminaba de un lado a otro con la camisa arremangada, la corbata suelta y mirando pilas de informes que iba arrojando sobre el escritorio. Lo miró, bajó la vista para ver el nombre en su credencial y le dijo
-Siéntese Fernandez, lo estábamos esperando, trajo los informes sobre el Sector 5?
-Si Sr Gerente, tengo un detalle de todo el personal. Hs trabajadas, producción per cápita discriminada por sector y hasta...
-Imagino que ese informe no lo hizo Ud a mano..
-No Sr Gerente, no creo que sea necesario. Con solo pedir los datos el sistema arroja..
-EL SISTEMA!! Uds saben que ese sistema solo da lo que uno le pide, no?
-Si Sr Gerente. Es el trabajo del sistema dar los datos y el mío es pedirlos..
-Bueno.Les tengo una mala noticia sres.. Me tomé el trabajo de ir al Sector 5 por mi cuenta y hablar con los empleados.
-Pero Sr Gerente, disculpe, Peralta es mi nombre, soy del departamento contable. Hace casi un siglo que no tenemos contacto con sectores inferiores. Realizamos los informes sin contactarnos con ellos, desde nuestras oficinas, porque la Evolución lo marcó de esa manera. Nosotros trabajamos en la oficina y ellos producen..
-Evolución? Uds saben lo que es evolución o lo buscaron en Internet? Las máquinas evolucionan Sres!! Las máquinas!! Nosotros como mucho vivimos más tiempo. Esa es nuestra única evolución.
-Pero Sr, los datos que me pidió marcan que la producción se mantiene y las ganancias de la empresa van en alza. No veo problemas en el Sector 5.
-Fernandez, alguna vez habló con un empleado de ese sector?
-No..
-Yo sí. Se manejan como en el Siglo XX. Uds me diran que son unos salvajes, pero no. Cada uno de ellos sabía el nombre del otro, sus cumpleaños, no usan credenciales...tienen memoria Sres.
-Disculpe Sr Gerente, no hace falta tener tanta memoria. Tanto Peralta como yo tenemos todos los datos en la central. Para que precisamos tenerlos en la cabeza?
-Porque Ud mismo lo dijo Fernandez...Evolución. Hace cincuenta años que trabajo en esta empresa y 35 que estoy en el cargo de Gerente de esta Zona. Trabajo casi 14 hs por día para enterarme la verdad cuando estoy a punto de jubilarme y todo por bajar a ese maldito lugar. Nosotros tenemos sistemas informáticos, teléfonos inteligentes y máquinas de café que con solo apoyar el pulgar nos prepara lo que nuestro cuerpo necesita con la cantidad de cafeína y azucar justa.
-Y lo merecemos Sr, somos el Sector 1!!
-No lo merecemos Peralta!! No lo merecemos... Uds no se dan cuenta que llevamos carteles con el nombre hace décadas? Cuando bajé al Sector 5 lo primero que me dí cuenta es que ellos no los usan. Se saben el nombre, tienen memoria y hacen el café instantaneo... y saben porqué?
-No tienen máquinas imagino...
-No las usan Peralta!! No las usan porque saben hacerlo y recuerdan cada componente de cada uno de los productos y saben como realizarlo al detalle... Cuando me dí cuenta de eso subí a mi oficina y me puse a revisar la historia de la empresa y ahí descubrí todo. Parece que el dueño de la empresa tenía un hijo demasiado estúpido para realizar cualquier tarea y lo puso a trabajar cargando datos y llevándolos a la oficina de él. Lamentablemente, al morir el dueño, el chico quedó a cargo de la empresa y para realizar la tarea se informatizó todo el edificio de tal manera que el trabajo administrativo lo pueda realizar cualquier idiota, por ejemplo...
-El hijo!
-No Fernandez!! Por ejemplo Ud!! Por ejemplo Peralta, o por ejemplo YO!! El fundador de la empresa para conformar al hijo le puso Sector 1 a esto para que el hijo se sienta superior como el padre, pero la verdad es que se llama así porque es el primer escalón.
-Pero, entonces que nos queda Sr Gerente? Hace 20 años que estoy en la empresa.
-Apagar los sistemas informáticos Peralta, y volver a usar la cabeza.
-Nos podemos sacar los carteles con el nombre,Sr? Eso también sería una forma de parecernos a ellos.
-Hágalo, y Ud también Fernandez.. Llevamos casi un cuarto de siglos trabajando juntos y nos engañaron como a chicos..
-Tiene razón Sr Gerente..
-Idiota!! El Gerente soy yo!! Él es Peralta!! Deje que me pongo el cartel de nuevo.
-Perdone Sr. Podemos empezar de a uno?... empiezo yo. Así es más fácil porque Ud es el Gerente, el es Peralta y quedo yo, Fernandez. Así nos vamos acostumbrando de a poco.
-Perfecto. Sres, que tiemble el Nivel 5 porque en unos meses será nuestro!!

          Salieron de la oficina del Gerente sin darse cuenta que esa conversación la habían tenido varias veces en los años que trabajaban juntos. Eso por no grabarlas en el sistema, como especificaba en el manual del Sector 1.

viernes, 20 de junio de 2014

Nada como estar en casa

          Estuvo encerrado mucho tiempo y sabía que eso estaba mal, que los demás estaban empezando a preguntar por él, que había mucha gente que lo quería y se lo demostraba pero necesitaba su tiempo. Podría haber salido antes pero no, el momento era este. No quería detenerse siquiera a pensarlo, era hora de salir a enfrentar el mundo y era algo que lo aterraba pero debía hacerlo ya. Además si no daba señales de vida entrarían y lo sacarían a la fuerza, cosa que le asustaba muchísimo. No lo hizo porque sea malo, retobado o vago, pero a veces tomarse un tiempito hace que los demás se precupen un poco más de la cuenta y cuando lo ven lo reciben mejor, uno se acostumbra a la soledad por más que no quiera y si no tiene alguien que lo controle van pasando los días, las semanas y los meses hasta que se da cuenta. Y el secreto para salir después de tanto tiempo es hacerlo de golpe, salir como si el mundo le perteneciera y avisarles que uno llegó a los gritos como para que se enteren que uno está bien y que no pasó nada.
          Tanto encierro hace que uno no se de cuenta, no solo del paso del tiempo sino tampoco de cuando es de día o de noche y a él el ambiente ya se le estaba enviciando y ya se estaba cansando de comer siempre lo mismo, además tenía la necesidad de estar con alguien. No es fácil estar solo tanto tiempo. Llega un momento en que uno siente que enloquece. Descansar y pensar es lindo pero cuando ya agotaste todas las posiciones para estar echado sin hacer nada y tu vida se resume en comer y dormir te das cuenta que perdiste demasiado tiempo. Mirás alrededor y pensás que si por lo menos hubieses estado con alguien el tiempo hubiese pasado más rápido. Hubiese sido mas tedioso quizás, tampoco es bueno estar con alguien tanto tiempo encerrado y peor si la otra persona no tiene tema de conversación.
          Estaba a punto de salir cuando escuchó voces. Lo único que faltaba que justo cuando él se decide a salir lo vengan a buscar y él sabía que no iba a ser por las buenas. Se detuvo y miró por la endija de luz. No reconocía a nadie, las voces sonaban encimadas y por lo visto eran varios y sonaban preocupados. De repente vió que alguien trataba de entrar y escuchó el grito de una mujer, le costó reconocerlo porque nunca la había escuchado así, pero era ella. Entre las voces pidiendo calma, los gritos y la terrible confusión que se había armado él sintió una culpa terrible y salió como pidiendo disculpas. La idea era salir de golpe y sorprenderlos pero en cambio asomó la cabeza, entonces uno de los que estaba afuera lo tomó como para que no se escapara, en el lugar se hizo un silencio absluto y cuando cayó en cuenta vió que no vinieron a buscarlos un par, era una docenas de personas, trató de escapar de la mano que lo sujetaba pero este lo levantó en el aire sin nigún esfuerzo y el pegó un grito como nunca lo había hecho, en el lugar se hizo un silencio de calma y se escuchó solo una voz que decía:
-La felicito señora, es un varón....

          Y ahí estaba ella, hablándome con la dulce voz de siempre y esperándome, como me había prometido hace nueve meses.

jueves, 12 de junio de 2014

La primera vez que..

            La primera vez que el mundo sufrió un rulo temporal fué hace unos meses. En verdad no sé como llamarlo pero la gente le puso ese nombre, “salto temporal” sería hacia delante pero eso era un ida y vuelta al mismo lugar pero en lapsos de tiempos indeterminados. La primera vez que sucedió venía caminando por Avenida Illia hacia el centro de la ciudad, la noche estaba perfecta para dar un paseo y en vez de esperar el colectivo 30 minutos me puse los auriculares con algo de Dancing Mood para acompañar el ritmo de la caminata y enfilé para el centro. Al llegar casi a la mitad de la plaza del Cementerio las luces empezaron a parpadear a la vez que la música se ponía en pausa y play constantemente. Frente a mí una pareja venía de la mano riéndose y mirando como la ciudad se convertía en un arbol de navidad gigante, cuando estábamos a unos metros las luces empezaron a prenderse y apagarse a un ritmo casi hipnótico a la vez que la música tartamudeaba a un ritmo frenético, y sucedió... Fué como pestañear, el tema había comenzado de nuevo pero eso no fué lo peor, ya no estaba en el medio de la plaza sino que estaba entrando en ella nuevamente. La pareja estaba de nuevo casi a 100 metros míos y me miraban aterrados, la chica lo abrazaba con fuerza mientras le preguntaba a los gritos que pasó de tal manera que yo casi a una cuadra la escuchaba perfectamente. Nos acercamos extrañados al centro de la plaza por segunda vez pero a paso rápido y cuando estábamos a unos metros las luces parpadearon nuevamente. Ví que detrás mío venía el colectivo que debía haber tomado, la gente bajaba y huía despavorida y gritaba más y más fuerte a medida que el parpadeo de las luces se aceleraba, la chica dejó al novio y huyó de la plaza pensando que con salir de ella alcanzaba. De repente otro pestañeo y me encontré nuevamente en la esquina de la plaza. La pareja aterrada a cien metros míos por tercera vez sin saber si avanzar o no y atrás mío un colectivo a paso lento lleno de gente gritando. Así cuatro veces más, la quinta ya la esperamos resignados y no sucedió hasta la mañana siguiente.
            Esa fué la primera vez que sufrimos un rulo temporal y era algo mundial. Costaba enterarse mirando la tele porque se sabe que los noticieros repiten lo mismo todo el día, la única manera era mirar la hora y solo de esa manera te dabas cuenta que había sucedido otro rulo temporal en ese momento. Durante una semana pasó en forma salteada y en lapsos cortos, el tiempo volvía atrás solo unos minutos, pero después empezaron a volverse días lo que resultaba algo tedioso si te agarraba un viernes a la tarde y estando a las puertas del fin de semana volvías al miércoles. Parecía una tontería pero la gente se había acostumbrado tanto a estos rulos temporales que se fijaba más en esas cosas que en otras más importantes. Los sindicatos y las empresas ya discutían si se reconocían las horas trabajadas nuevamente, los clubes de fútbol pedían que se reconozcan los goles cometidos antes del loop y las novias primerizas vivían con ilusión su primer beso esperando que una vuelta temporal los agarre a tiempo para volver a repetir esa sensación un par de veces.Y así el mundo se fué acostumbrando. Hace un mes que no tenemos uno de estos rulos temporales pero hace unos minutos las luces están empezando a parpadear nuevamente y la gente está temiendo que seguramente suceda de nuev...

            La primera vez que el mundo sufrió un rulo temporal fué hace unos meses. En verdad no sé como llamarlo pero la gente le puso ese nombre, “salto temporal” sería hacia delante pero eso era un ida y vuelta al mismo lugar pero en lapsos de tiempos indeterminados. La primera vez que sucedió venía caminando por Avenida Illia hacia el centro de la ciudad...

martes, 10 de junio de 2014

El desvelo

 Y si te has quedado despierto hasta las 4:00 a.m, estás enamorado, o estás solo. Y ya ni sé cuál es peor”. 
                                                                                                                                                J Sabina         
            Caminaba lentamente de punta a punta del departamento. No era su idea quedarse despierto toda la noche pero la soledad era algo que disfrutaba muchísimo. Escuchaba música, leía algo y después simplemente pensaba. Sabía que el otro día sería algo trágico, un par de tazas de café para despabilarse en el trabajo, mojarse la cara cada tanto y cabecear frente al monitor, pero la noche era una hermosa compañera y no podía abandonarla. Él prefería el verano, en el cual uno se da cuenta que cuando el horizonte empieza a clarear es hora de acostarse, pero en invierno con un buen libro, películas clásicas, café, vino, cigarrillos y algo de música uno podía perder la noción del tiempo y embarcarse en caminos que son difíciles de abandonar así nomás. No creo que alguien pueda dormir dejando por la mitad una película de Hitchcock o de Woody Allen, o que pueda abandonar Crimen y Castigo o un libro de Galeano o Paul Auster si no está vencido por el sueño.
            Los compañeros de trabajo le aconsejaron que haga algo con su vida, vivir de noche y trabajar de día no es aconsejable para nadie y él lo sabía, lo sentía en su cuerpo. Mientras los demás esperaban el fin de semana para disfrutarlo en familia o con sus novias o amigos, él se ponía al día con las horas de sueño. Se acostaba el Sábado a la mañana y no se levantaba hasta la noche para volver a repetir lo mismo el domingo. Eran los únicos días que dormía más de tres o cuatro horas de un tirón. Una mañana entró al bar a tomar un café doble bien amargo, para despertar un poco antes de entrar al trabajo, y vió a una chica sentada en la barra leyendo unos apuntes. Ambos con cara de sueño, leyendo mientras se refregaban la cara para poder despabilarse. Cuando miraron el espejo que estaba frente a ellos y se descubrieron se rieron del aspecto de ambos, una por estudio, el otro por gusto (o vicio), pero ambos no podían parar de leer a pesar del sueño. Él le invitó otro café y la invitó a salir un día de estos. Cuando lo contó en la oficina sus amigos se alegraron, al fín iba a dejar de ser un ermitaño noctámbulo y se iba a convertir en una persona normal.
            Salió dos veces con ella, dos días seguidos. Se sentía totalmente renovado, pleno, enamorado. Llegó a su departamento y se dió cuenta que sus amigos tenían razón. Eso era lo que él necesitaba, alguien a su lado. Tantos años de soledad esperando amaneceres, solo, con un libro sobre su pecho y tirado en el sillón cuando podía haber disfrutado del amor de esa manera. Se dió cuenta que era el mejor momento de su vida y se dijo basta, desde ahora se iba a acostar temprano. Necesitaba estar bien para ella, lúcido, sin ojeras y sin ese andar cansado que tenía durante el día.  Fué hasta la cocina, se sirvió una copa de vino, se puso a buscar entre los Cds para ver si encontraba algo de música especial para cuando la invite y alguna película para disfrutar abrazados en el sillón. Miró por la ventana y empezó a imaginarla, a recordar sus labios, su piel, su pelo meciéndose con el viento y enredándose entre sus dedos cuando la besaba apasionadamente, su sonrisa, el primer beso tímido de ella en la comisura de los labios y su cintura. . cuando se dió cuenta, estaba amaneciendo.

sábado, 7 de junio de 2014

Salida de emergencia

            Entró a la oficina y dejó sus cosas sobre la mullida alfombra. Cerró la puerta para que nadie lo moleste mientras trabajaba y se asomó a la ventana, estaba en el piso 20 y cuando miró hacia abajo sintió que el asfalto se acercó y se alejó de golpe. Era la primera impresión que tenía siempre que estaba en las alturas pero eso no lo iba a hacer retroceder en su decisión. Metió la mano en sus bolsillos y los vació sobre el escritorio, no quería que nada caiga al vacío cuando asome a la cornisa. Abrió la billetera y buscó entre los compartimientos y ahí estaban, dos pequeñas fotos. En una estaba su pareja a la que le había prometido que nunca le faltaría nada, no estaban mal pero a veces tenía que evitar ciertos gastos como por ejemplo comer en horario de trabajo o dejar de concurrir a cenas de amigos. Esto fué lo primero que hizo cuando ella quedó embarazada para poder comprar la ropa que iba necesitando a medida que su panza crecía, y para juntar plata para la cunita y la ropa del futuro bebé .
            Durante ese tiempo con ahorros y un par de horas extras pudo cubrir lo básico, pero hace un mes se dió cuenta que la cosa no daba para más. Le dijo a su esposa que si algún día les faltaba algo cometería una locura y estaba a punto de cometerla. Su hermosa hija había empezado a crecer y necesitaba ropa linda, juguetes, muñecas y adornitos para que se vea como la princesa que era. En verdad en el caso de la bebé la frustración era de él, la beba solo le reclamaba abrazos y tiempo pero él quería para ambas lo mejor, la reina y la princesa de la casa deberían ser tratadas como tales y un caballero debe estar dispuesto a todo por ellas. Sentía que ya no alcanzaba con solo cubrir lo básico, que era poco para ellas y se decidió. Sacó la foto de la billetera, la beso, acarició los dos hermosos rostros y las dejó sobre el escritorio. Se dió vuelta y caminó con paso firme hacia la ventana. Cuando la abrió se dió cuenta que la brisa de la planta baja en el piso 20 era viento y su primer impulso fue retroceder pero se detuvo mirando hacia adelante y se aferró al marco de la ventana.

            No había vuelta atrás, la decisión estaba tomada, evitó bajar la vista para evitar el vértigo y se vió reflejado en el edificio de enfrente. De una de las ventanas se asomaron algunos oficinistas y se quedaron petrificados mirándolo, todo el mundo sabía que cuando alguien llegaba a ese punto era por necesidad y que no se podía hacer nada para evitarlo. Miró la foto de sus amores sobre el escritorio y sacó todo el cuerpo afuera. El viento lo hacía dudar y prefirió hacerlo de golpe, si lo hacía paso a paso sabía que se arrepentiría. Por un momento se vió impulsado a mirar hacia abajo y se obligó a no bajar la vista, lo mejor era vaciar su mente de todo lo que lo rodeaba así que pensó en su Reina, su Princesa y en todas las promesas que tenía que cumplir. Al apoyar el primer pié sobre la cornisa sintió como flameaba su pantalón contra la pierna, el viento era un rugido a esa altura y parecía que quería desprenderlo de sus prendas antes de devorarlo. Se aseguró al marco con un arnés para no caerse y se asomó lentamente para limpiar el frente del edificio. Prometió cometer una locura por ellas y sabía que estaba cometiendo la peor, porque había solo dos caminos, caer 20 pisos y morir o que te maten en casa si se enteran.