Sabía que tenía que lucharla. No era un
pibe muy lindo, mejor dicho no era atractivo. Eso lo había aprendido de una
amiga, hay pibes que ganan de lindos nomás y otros tienen un no se qué. Ese
nosequé era personalidad y lo aprendió de otra amiga que sabía que tenían los
pibes que físicamente no eran muy agraciados. Según ellas él no era feo, pero
tampoco tenía personalidad lo que lo convertía en algo pasable, odiaba esas
definiciones.
Le
gustaba una de las mas lindas del colegio. Linda en el sentido de que tenía
todo: belleza y una personalidad que hacía que cualquiera con ella sonría, se
sienta bien y no quiera que el tiempo pase. Cuando la vió en la otra punta del
patio en el primer recreo se imaginó en un ring y con eso empezó a imaginar
tácticas para ganar esa lucha por el amor de ella. Timbre, él se acerca
lentamente y la empieza a rodear estudiándola. Trata de acercarse por un flanco
pero ella da la vuelta y mira hacia otro lado porque la llaman, prueba por el
flanco izquierdo,casi la tiene pero ella lo evita saludando a alguien y pasa a
su lado sin siquiera sentir su presencia. El movimiento de cintura que hizo
para pasar a su lado le hizo entender que iba a ser difícil acercarse sin una
buena táctica. Ella se acercó casi al centro del patio y volvió para donde
estaba antes y él la espero. Trató de interponerse en su camino pero ella
amagaba, izquierda, derecha, izquierda, izquierda, cuando la tuvo cerca trató
de acercar una mano para saludarla pero ella sonrió a alguien que estaba detrás
de él, eso le hizo girar la cabeza. En ese momento de distracción ella lo rodeó y terminó en el mismo lugar de
antes. Mejor, pensó él, está contra la esquina, ahora es toda mía. Campana. Fin
del primer encuentro.
Espero
la segunda oportunidad y pensó que este era el momento. Es a tres rounds. No
puedo desperdiciarlo. Sonó la campana y fué directo a ella. No se imaginó que
ella iba a usar una de las mejores armas que tenía, la sonrisa. Cuando él se
acercó ella le disparó una sonrisa enorme con un hola directo al pecho. Se
quedó sin aire. No contaba con eso, el iba confiado con la guardia baja y no
pensó que iba a utilizar esa sucia jugada. Lo inutilizó por medio recreo. Los
nervios del primer encuentro, la falta de experiencia y ese último ardid le
hicieron perder minutos valiosísimos. Cuando se recuperó intentó alcanzarla,
ella no perdía la vitalidad, estaba totalmente renovada y su destreza hacía que
él baile de aquí para allá, recorrió todo el patio, en un momento pensó que
quedaba detenida contra una de las paredes pero ella giró y fué para el lado
del buffet. Ya se estaba quedando sin piernas y sin aire, necesitaba
sorprenderla con una jugada. Cuando estaba por acercarse por detrás para
rodearla, campana.
Esta era la última oportunidad, se dijo. Es en esta o
nada. Sóno la campana y fué directo a ella, nada de miedos, el miedo te
paraliza y te hace perder tiempo, Tenía que hacer la misma jugada, se acercó de
frente, le sonrió y le lanzó un hola, demasiado bajo. Ella ni se enteró y pasó
al lado suyo como si nada. Miró el reloj y dijo, me queda poco tiempo es ahora
o nunca. La tomó del brazo , la hizo girar y le pegó un beso en los labios. Ella
abrió los ojos enormes, lo empujó e hizo algo con lo que él no contaba, utilizó
el puño. Cuando sonó la campana ya le habían contado hasta mil.
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