miércoles, 7 de mayo de 2014

Y Dios creó el amor

            Era el primer hombre y tenía a la mujer más bella, no porque fuera la única sino porque era realmente bella y pura. No existían los malos pensamientos así que verla desnuda no le despertaba ningún deseo, verla hacía que todo pareciera un Paraíso sin importar que ese sea el lugar donde estaban. Los días no transcurrían estando a su lado, no envejecían, el mundo era hermoso y era solo de ellos, no importaba donde caminaban, eran uno, y eso, hacía que el lugar fuese un Paraíso.
            No existía el sufrimiento, el olvido, las causas ni las consecuencias, los árboles no daban frutos, se los ofrecían y el agua era cristalina y tibia. No existía el frío ni el calor, ni el miedo.
            Dicen, algunos, que ella probó una manzana y se la ofreció a él engañada por una serpiente y para no quedarse sola lo engañó a él para que la muerda. Otros dicen que él no quiso dejarla y con una lágrima en los ojos prefirió irse con ella a quedarse solo. Yo soy un romántico o un iluso, prefiero la segunda opción a pensar que el engaño fué el primer gesto humano antes que el amor. Imagino a ambos mirándose a los ojos, ella diciendo disculpame no sabía las consecuencias y él respondiendo no te preocupes, esto no va a ser lo mismo sin vos mientras muerde la manzana.
            La expulsión del Paraíso debe ser lo mismo que nacer, dejar de estar en un lugar tibio, apacible, confortable, sin cambios ni imprevistos. Un lugar donde no se conoce el miedo, los sentimientos buenos o malos. Nada. Y de repente salir a conocer todo, los sonidos, gritos, olores, el dolor, los abandonos, las pérdidas y los desencantos. El dolor físico y el del corazón. Dicen que él prefirió seguirla, acompañarla, nacer con ella y cobijarla como recibimos cobijo nosotros de los brazos de nuestra madre al nacer.

            Fuera del Paraíso los encontraba un mundo nuevo, este mundo. Pasaron miles de años o millones, el agua ya no sabe a agua, el cielo es cada vez mas gris, el aire lentamente se vuelve irrespirable y los árboles no nos ofrecen sus frutos, nosotros los sacamos. Dicen también que él una vez construyó un hogar, tomo una piedra y la puso frente a la entrada y en ella talló: “ El Paraíso está, donde ella está”. Dicen..

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